"Se veían en hoteles de los que el forense debía ser habitual por la familiaridad con la que entraba y salía de ellos, y a veces, las menos, en casa de Elena Rincón, que defendía sus espacios privados con el mismo empeño que él ponía en violarlos. El deseo, cuando surgía, se alimentaba precisamente de la ausencia de porvenir, de la escasez de horizonte. Un día, encontrándose en la cama de un hotel cuyas habitaciones tenían espejos en el techo (lo que al forense le parecía un refinamiento admirable), la magistrada contempló el reflejo de su cuerpo y del médico gravitando de forma absurda sobre sus cabezas y pensó que eran como dos zapatos pertenecientes a distintos pares. Acababan de practicar el sexo con escaso rendimiento, pese a los espejos, pues el forense se había revelado más hábil en la realización de las autopsias que en la ejecución del amor, y ahora permanecían con los cuerpos boca arriba, observando la columna de humo del cigarrillo del médico, que ascendía en dirección al azogue y parecía penetrarlo, como un hilo sutil que mantuviera unidos los dos mundos.
- Parecemos dos zapatos de diferentes pares – dijo Elena Rincón.
- Entonces quizá deberíamos hacerlo debajo de la cama – respondió el forense".
Juan José Millás, “No mires debajo de la cama”, Alfaguara.
Ando gostando imensamente das traduções simultaneas e você anda cada vez mais desenvolta e rápida no espanhol! Parabéns e hasta luego!!! :):):)
ResponderEliminarA ler, em geral, sempre fui boa, o problema é escrever... No exame é que se vai ver... ui, que medo... :)
ResponderEliminarTenho certeza que você vai se sair bem, como sempre! ;)
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